La propuesta de intervención en el edificio se basa en la recuperación y valoración del edificio y la modernización del mismo para que se adapte a las exigencias de la actividad propia de un mercado de frescos y la normativa actual. Esta acción trasformadora del edificio quiere volver a recuperar la identidad y coherencia del edificio y actualizar una función social en la ciudad.

El proyecto firmado por el estudio de arquitectura Nuno Valentim, busca devolver la dignidad a esta joya neoclásica manteniendo su actividad de mercado de productos frescos locales y complementándola con nuevos espacios comerciales y de restauración acorde con las demandas actuales de la ciudad.

A la restauración de la fachada, se le ha sumado una completa renovación del equipamiento interior que permite ahora contar con 79 puestos de mercado tapados por una cubierta metálica, 38 lonjas exteriores y 10 restaurantes. Además, se ha habilitado un espacio para actividades de “showcooking” con una cocina completamente equipada para acoger eventos relacionados con la cocina. En las plantas superiores, un largo corredor abierto funciona ahora como un espacio mirador del edificio. Finalmente, el mercado ha mejorado en accesibilidad al dotarse de 10 ascensores para los usuarios y comerciantes, y también se ha creado un acceso directo al metro.

Drenaje para aguas pluviales

Para la evacuación de las aguas pluviales y residuales, se ha llevado a cabo un diseño de un sistema de drenaje lineal y puntual que se distribuye por las diferentes áreas y plantas del mercado. Los canales de drenaje elegidos son de hormigón polímero y combinan las soluciones Self y Multidrain según el caudal de evacuación necesario. Según el lugar donde se han instalado, se ha optado por diferentes tipologías de rejas. En la zona de acceso principal, que se abre al mercado como una gran plaza, se ha optado por la reja ACO Brickslot en L. Esta reja “invisible” permite mantener la imagen minimalista e industrial del complejo, garantizando la recogida de aguas pluviales y evitar la formación de zonas de acumulación de agua en las zonas peatonales.

En cambio, en las lonjas y puestos de mercado, se ha optado por rejas de hierro fundido colocadas de forma perimetral y en los accesos a los puestos. Esto permite que el agua, resultante del hielo utilizado para mantener fresco el pescado y marisco en exposición, o utilizada para limpiar los puestos, se recoja en este sistema de desagüe sin crear charcos en los pasillos por donde circulan los visitantes del mercado. Las rejas tienen una gran resistencia a la corrosión.